El apalancamiento en la inversión a largo plazo.

  • La mayor parte de la gente está más dispuesta a endeudarse para comprar una vivienda, un coche, un electrodoméstico o simplemente consumir a crédito con tarjeta que para invertir.
  • No es lo mismo asumir deudas para invertir que asumirlas para el consumo.

Nota: Este artículo fue publicado en Noviembre 2012

Tengo la sensación de que la mayor parte de la gente está más dispuesta a endeudarse para comprar una vivienda, un coche, un electrodoméstico o simplemente para consumir a crédito con tarjeta que para invertir, cuando debería ser al contrario.

Prácticamente todas las empresas se endeudan y lo consideramos como algo normal, sin embargo cuando se trata de endeudarse uno mismo para invertir en empresas, se ve con desconfianza y rechazo, con la sensación de que se va a perder todo y de que se asume un enorme riesgo.

También hay que tener en cuenta el diferente planteamiento de una persona que únicamente utiliza la bolsa como una forma de ahorro, del planteamiento de otra que lo utiliza como un negocio más, es decir que invierte en empresas a través de la bolsa como podría invertir en una empresa propia de la que espera un rendimiento y por la que asume y controla unos riesgos. Para un ahorrador no tiene ningún sentido endeudarse, pero aquí me estoy refiriendo únicamente al segundo caso, al que invierte utilizando la bolsa como vehículo de inversión en empresas cotizadas.

Al hablar de apalancarse no estoy hablando de hacer compras en bolsa de 100.000€ constituyendo un depósito de 1.000€ y cubriendo garantías según suba o baje la bolsa, estoy hablando de pignorar unas acciones, de forma que la garantía son las propias acciones que ya se tienen más las que se compren a crédito y siempre endeudándonos con un porcentaje de la cartera que sea asumible.

Cualquier deuda tiene un coste y tiene que devolverse, esto hay que tenerlo siempre en cuenta, pero si es para inversión, la propia inversión debe dar su rendimiento, pagar el coste y devolver la deuda, esa es la gran ventaja respecto a las deudas de consumo.

Se podría ver como un alquiler del dinero, en el que el coste del alquiler nos lo pagan los dividendos de las acciones compradas y con el tiempo ganamos el diferencial dividendos-intereses, además del aumento del valor de las acciones, que materializaremos (o no) en momentos de euforia, cuando la bolsa nos pague varias veces el valor de la inversión.

 

Cuando se asume una deuda, tres aspectos fundamentales a considerar son el coste, el riesgo y el momento.

-El coste:

Si las acciones que compramos con la cantidad prestada tienen buenos dividendos y previo estudio de las empresas pensamos que lo puede mantener y además tenemos margen, no veo porque no podemos asumir deuda desde el punto de vista del coste, siempre que éste lo cubran los dividendos de las acciones compradas.

Si el coste del crédito es por ejemplo un 4-5% anual y las empresas que compramos tienen unos dividendos con capacidad de mantenerlos que suponen un 7-8% de media entre todas las empresas que compremos, tendríamos “garantizado” el coste del préstamo más un colchón para obtener un beneficio “seguro” y/o cubrir una posible bajada de dividendos o aumento de tipos. No obstante para los cálculos hay que tener en cuenta que el coste del préstamo no se desgrava en IRPF mientras que el cobro de dividendos sí paga a hacienda. El coste por impuestos hay que considerarlo como coste del préstamo y debe estar cubierto con cierto margen, por los dividendos.

-El Riesgo:

El Banco calculará el máximo que nos puede prestar basándose en el precio en bolsa de las acciones que tengamos en cartera en el momento en que se solicite y debería contar también las que vayamos a comprar, de esta cantidad sacará un porcentaje de seguridad y nos ofrecerá una cantidad máxima.

Pero esto es lo que dice el Banco, nosotros solicitaremos la cantidad que nos interese, que normalmente será igual o menor. En cualquier caso la cantidad a solicitar para cubrirnos del riesgo debe ser un porcentaje del valor contable neto de las acciones que tenemos y no del precio en bolsa de las mismas. Y este porcentaje estará en función del riesgo que queramos asumir, pero al ser un porcentaje sobre el valor contable neto, difícilmente llegaremos a que nos ejecuten garantías.

La bolsa en su conjunto, nunca ha cotizado a precios por debajo del valor contable neto (salvo momentos extremos y durante un corto espacio de tiempo) si tomamos en consideración toda la cartera y no algunas acciones concretas consideradas independientemente podemos considerar que el valor contable de la cartera es aproximadamente nuestro suelo de precios.

Por ejemplo, si tenemos una cartera que valorada a valor contable neto asciende a 100.000€ (a precios de bolsa normalmente será mayor) y asumimos un 70% de crédito obtenemos una cantidad adicional de 70.000€ que utilizaremos en comprar acciones a un precio que deberá ser menor, igual o poco más del valor contable neto, por lo que supongamos que el valor contable neto de las acciones que compremos sea de 50.000€, entonces tendremos una cartera de acciones a valor contable de 150.000€ para garantizar un crédito de 70.000, es decir un apalancamiento del 47% sobre el valor contable neto de la cartera.

Lo normal es que la bolsa cotice alrededor de 2 veces (a veces 3 veces) sobre el valor contable por lo que si nos hemos endeudado en 70.000 sobre un valor de 150.000 significa que tenemos garantía de unos 300.000€ para un crédito de 70.000€. La garantía sobre precios será del 77%.

La ejecución de las garantías se produciría cuando las empresas que tenemos en cartera coticen en bolsa a un 47% del valor contable neto, es decir a mitad del valor contable. Por tener una referencia, si el Ibex cotiza a valor contable neto de sus empresas alrededor de 6.000, la ejecución del crédito se produciría cuando el Ibex cotice a aproximadamente 2.700-3.000, cosa que es posible, pero muy poco probable y nunca ha sucedido en toda la historia de la bolsa.

-El Momento:

Normalmente la gente se apalanca para comprar en bolsa en momentos de euforia, cuando la bolsa lleva tiempo subiendo y todo el mundo “gana dinero” aprovechándose de las “gangas” por aquello de que siempre hay un tonto más tonto que tú, dispuesto a comprar a un precio todavía mayor que aquel al que tu compraste. Además se apalanca refiriendo el importe del crédito a los precios que marca  la bolsa, con lo cual, el importe del crédito se utiliza para comprar acciones caras y con alto riesgo de que baje su precio.

El momento idóneo para apalancarse es, cuando los precios son asumibles y están poco por encima del valor contable neto. En este momento en que las acciones que podemos comprar están a buenos precios y los dividendos que dan las empresas están a porcentajes buenísimos que dan margen sobre el coste del crédito en el que por otra parte, los intereses suelen estar muy bajos porque son momentos de crisis en los que los tipos son bajos para reactivar la economía. Si los intereses están referenciados al euribor y en algún momento superan en coste a los dividendos obtenidos, muy probablemente se producirá cuando las empresas en bolsa estén caras y en ese momento (si interesa) siempre podremos vender con plusvalías importantes y reducir o devolver el crédito.

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